Si desde que el niño y la niña comienzan su andadura por el universo verbal les demostramos que el lenguaje puede ser una fiesta continua y una fuente de gozo y divertimento, les estaremos regalando una herramienta psicológica e intelectual que les habilitará para introducirse en el mundo de la creación literaria y la lectura con altísimas probabilidades de trazar un itinerario luminoso.
Aquí desparramamos una miríada de posibles juegos con las letras, con las palabras y, en una palabra, con los elementos que componen nuestro lenguaje. No son más que modestas muestras de que con el aderezo de la creatividad y el humor es posible tener una experiencia lingüística en extremo gratificante.
La vocal gobernanta
Bucearemos en nuestro diccionario interior y en los materiales de lectura a nuestro alcance para localizar palabras en las que sólo aparezca determinada vocal. Ejemplo:
- a: cama, vaca, manzana, patata, maraca
- e: Pepe, mete, merece, mécele, perece
- i: Pili, mili, kikirikí, bici, pipí
- o: coco, coso, goloso, horroroso, coloso
- u: cucu, tu, tutú
A cada uno la suya
Cada niño elige su letra (por ejemplo, la c) y desde ese momento todas las palabras que lleven c son suyas. Los demás no pueden usar a partir de ese instante dicha letra. Para complicar las cosas y hacerlas más atractivas se puede delimitar el tema de conversación.